+ ciclo improvisaciones

"Improvisar es un movimiento continuo, un recorrido en permanente cambio donde explorar se torna vertiginoso. Supone un juego de operaciones realizadas en el instante mismo. Intervienen la casualidad, la concentración, la síntesis, el azar, la incertidumbre, la repetición, la intuición, el error, la adaptación, el cambio, la deriva. Atrapar ese instante en su fugacidad es lo que nos proponemos en este ciclo".
Adriana Barenstein / Experiencias en Escena

miércoles, 26 de agosto de 2009

LLega: Mal Amor



Mal Amor es una historia de desamor contada en movimientos musicales.
El final de una en una casa casi vacía.
Una mujer que se marcha y un hombre que sufre y no soporta un nuevo abandono.


Todos los sábados de septiembre, octubre y noviembre se presenta "Mal amor" en el auditorio Norah Borges del Centro Cultural Borges. Se trata de un mediometraje teatral musical. Prescinde de la oralidad y se apoya en la música y la imagen. Es una historia sencilla. Un recorte en el final del final de una pareja. Una fotografía en movimiento para asistir a las emociones que se comprenden y a las que no se pueden compartir.

Mal amor es un mediometraje teatral musical. Una historia sencilla. Un recorte en el final del final de una pareja. Una foto en movimiento de las emociones que se comparten y también de las que no se pueden compartir.

El protagonista emotivo es un hombre mientras que las mujeres de la historia son sus objetos de amor deseados y perdidos. Para ser amadas cuando se alcanzan y aborrecidas cuando se alejan. Aunque la historia no es explícitamente una denuncia funciona como acento de un crimen que se reitera. Una muerte de las tantas que conllevan violencia de género.

Mujeres que viven en la intimidad actos cargados de violencia que se anuncia pero que muchas veces no se detienen.

Mal amor es un trabajo de montaje de muchas piezas para poner en movimiento algo que de todos modos está detenido en el instante que se termina. En el escenario se entreteje la proyección de video y la escena en vivo mientras la banda de sonido de la historia tiene un rol preponderante.

Solamente música.
Nadie canta, nadie dice, nadie explica.


Sala Norah Borges
Funciones: Sábados – 20.45 hs.
Localidades: $ 25 y $20 para estudiantes y jubilados.

Intérpretes:
Miguel Forza de Paul y Andrea Jaet
Participación especial: Carina Conti / Paul Mauch / Gloria Stingo / María Zambelli
Música original: Julián Massaldi
Escenografía y vestuario: Cecilia Zuvialde
Diseño de Luces: Fabricio Ballarati
Asistencia creativa y video: Gabo Baigorria
Colaboración audiovisual: Miguel Zeballos
Producción: Mónica Salerno
Dramaturgia y Dirección: Paula Bartolomé

Agradecimientos:
A Carina, Paul, Gloria y María por participar a pesar del frío y los madrugones.
A Cristian y Joel Drut, a Susana Pampín y a Vilma Rodríguez por los favores y la buena onda.
A Sergio Sorin por la innumerable cantidad de esfuerzos pasados y futuros
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martes, 25 de agosto de 2009

A PROPOS SATIE

"Me llamo Erik Satie como todo el mundo”


ERIK SATIE (1866-1925) atravesó el desolado camino con gran valentía moral y encontró una vía consistente hacia el futuro sólo después de dejar la Schola Cantorum en 1912, ya que era un hombre de ideas que cuestionaba cada aspecto de la heredada tradición decimonónica y rechazaba sus conceptos de expresividad romántica y desarrollo temático. Fue el primero en desafiar la persistente influencia de Wagner en la música francesa y también paso de largo sin remordimientos por el impresionismo y por las seductoras sonoridades de Debussy y de Ravel. En muchos aspectos, su reinterpretación de los conceptos fundamentales que subyacen en el arte deriva más bien de escritores, escultores y pintores más que de algún compositor, aunque siempre era importante para él seguir en estrecho contacto con sus raíces en la música popular.


Sobre SOCRATE

La princesa Edmond de Polignac, de soltera Winnaretta Singer, que disponía de una orquesta de veinticinco músicos, y de un salón de música en el hotel de su propiedad, situado en la avenida Henri-Martin de París, encargó algunas obras, por lo general para recepciones privadas, a Igor Stravinsky Renard (el zorro), Manuel de Falla (el Retablo del maese Pedro) y Erik Satie La vie de Socrate (La vida de Sócrates).



A pesar que la princesa estudiaba griego, Satie tomó la determinación de utilizar una versión francesa de los Diálogos, y escogió deliberadamente la versión “menos lírica” de las existentes, la del filósofo espiritualista del Segundo Imperio, Victor Cousin.


Satie escogió tres diálogos de Platón, El Banquete, Fedro y Fedón, y seleccionó seis fragmentos del primero, tres de Fedro y por último, trece fragmentos de Fedón.
Al limitarse a unir estos fragmentos de los tres diálogos, distinguiendo su procedencia y conservando su orden de sucesión originario, sin añadir una sola palabra de su cosecha, Satie obtuvo un tríptico que pretendía mostrar, a la manera de los antiguos retablos, tres aspectos de la personalidad y el destino del filósofo.


En la primera parte nos presenta su retrato, en la segunda parte, su estilo de vida, simbolizado por un paseo a lo largo de un río en compañía de un joven discípulo; en la tercera parte, su manera estoica de morir.


Para impedir toda identificación de los intérpretes con los personajes –el filósofo y sus discípulos-, Satie pidió además que el reparto se confiara preferentemente a voces de mujer: cuatro sopranos, si era posible, a fin de obtener ínfimas variaciones de matiz en una misma tesitura.
La música de Socrate, “blanca e inmóvil como la Antigüedad”, no sufre, a lo largo de todo el relato dramático que la acompaña, ninguna alteración de carácter emocional.

“Sócrates es, creo, la obra mas importante que Satie escribió. Pero no me sorprende que mucha gente no termine de apreciarla del todo, porque es absolutamente nueva y original. Su innegable helenismo reviste una forma individual que era desconocida hasta ahora. La naturaleza de esto es difícil de definir y, para poder comprenderla, uno tiene que tirar por la borda determinados prejuicios musicales” […]
Charles Koechlin


“Erik Satie”, ReM, 5 de marzo de 1924, pp. 193




Sobre ENTR’ACTE

“Erik Satie, señores, es más joven que todos ustedes, lo que dice es ingenioso y divertido, y no pontifica con tintura roja en su pelo ni con los labios pintados. Ama la vida, la vida más bien sencilla, se atreve a tomar, se atreve a escribir su propia música, y es un placer para él hacerlo sin preguntarse si gustará o desagradará a la izquierda o a la derecha. Se atreve a vivir por su cuenta, no se prohíbe nada, no le prohíbe nada a nadie, a diferencia de esa gente que se rodea de una selecta camarilla para proteger sus ideas tan vacías como el apretón de manos de un político.
Eric Satie es, en mi opinión el compositor francés más interesante de nuestro tiempo, y si colaboro con él en su ballet titulado Relâche, es porque eso es lo que pienso de él, y porque lo considero más joven y más vital que muchos jóvenes caballeros que planean poner la vida como globos aerostáticos.”
Francis Picabia
“Eric Satie”, Paris Journal, 27 de junio de 1924, pp. 1

“Cuando lo conocí a Picabia, me explicó que quería que se proyectara un film entre los dos actos del ballet, como se hacía, desde 1914, durante los intervalos de los cafés concerts. Y yo era la única persona en la casa relacionada con el cine, la única persona a la que podían acudir.
En cuanto al guión, Picabia sólo sabía lo que había escrito sobre una hoja de papel con el encabezamiento de Maxim’s, y grande fue mi satisfacción cuando, al presentarle el film completo, lo escuché reírse de lo que yo había añadido.
Y Satie, ese viejo maestro de la música joven, anotó cada secuencia con un cuidado meticuloso y así preparó la primera composición escrita para el cine “secuencia a secuencia”, en una época en la que los films eran todavía mudos”
René Clair
À nous la liberté y Entr’acte (London, Lorrimer, Lorrimer Publishing, 1970), pp. 108-11


- René Clair (1898-1981) es conocido como uno de los más grandes directores de cine. Su carrera comenzó con Paris qui dort en 1923, y continuó con el episodio cinematográfico entre los actos de Relâche. Esta fantasía surrealista concentró a muchos de los nombres más famosos de la París vanguardista, desde Marcel Duchamp y Man Ray hasta el propio Satie, que fue filmado disparando un cañón desde el techo del Théâtre des Champs-Élysées en junio de 1924. Clair por lo general escribía sus propios guiones, pero en el caso de Entr’acte un breve guión fue suministrado por Picabia. Clair era también un consumado periodista y actor -



Viernes 4 y 11 septiembre – 21.30 hs
Centro Cultural Borges
Viamonte esq. San Martín
Entrada general $ 20 y $ 15 con descuento para est. y jub.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Un ciclo regido por el vértigo de explorar

En Experiencias en escena, del Borges


Escribe: Constanza Bertolini

Algunos espacios de arte tienen construida una imagen, un concepto, una línea que se presenta inequívoca en el imaginario de la gente con sólo nombrarlos. Otros, como el Centro Cultural Borges, no. En él conviven estéticas y disciplinas muy variadas, que no pueden identificarse ni con una corriente ni con una audiencia ni con un estándar de producción. Sin embargo, de todas esas salas que habitan el shopping Galerías Pacífico, hay una que da la nota: la Norah Borges, en el segundo piso, donde reside Experiencias en escena. Allí existe un tutor, un eje que atraviesa sus propuestas: explorar nuevas miradas en relación con las artes escénicas, alentando el cruce.

La curaduría de ese rincón perfilado del Centro Cultural Borges corresponde a Adriana Barenstein y, en consecuencia, la danza tiene un sitio especial, tanto con referencia a talleres y espectáculos, como con el ciclo de improvisación, uno de los pilares del lugar. Debajo de ese paraguas, donde intervienen factores como la casualidad, la síntesis, el azar, la intuición, el error y la deriva, el jueves último se presentó No se puede vivir del amor, improvisaciones a partir de situaciones de pareja, una propuesta ideada por Exequiel Barreras, que seguirá desafiando las coordenadas de la casualidad y el movimiento -por supuesto, con algunas premisas férreas- los siguientes jueves de este mes, a las 20.30.


El cordobés, de 25 años, acaba de llegar de Europa, donde en los últimos meses participó, en distintas ciudades, de experiencias enriquecedoras. Por ejemplo, del programa de entrenamiento coreográfico Siwic, en Zurich, hoy dice que fue "por lejos, la experiencia más interesantes y hermosa" de su carrera. Este paso del inquieto Barreras por Buenos Aires es apenas un stand by en su ruta internacional: con la visa alemana ya emitida, se integrará en septiembre a la compañía de danza de Coburg, Alemania.

Volviendo a la propuesta con título (y finalmente música) de Andrés Calamaro, a partir de determinadas pautas físicas son diez strangers in the night los que, en primera instancia, se revuelcan con Frank Sinatra en el punto de partida de este trabajo que, por sobre todo, es fresco. En parejas intercambiables, homo y heterosexuales, que pueden devenir tríos o cuartetos amorosos, un portero, un nadador con medalla, una oficinista, un farmacéutico, una camarera, un oficial de tránsito, un recolector de basura..., en suma, la decena completa de personajes, alterna su protagonismo mientras se entretejen cuadros muy intensos con situaciones de humor y otras que subrayan el sentido lúdico de este tipo de apuestas. Porque, al fin y al cabo, de eso se trata la improvisación, de un juego (para entendidos), donde el que no arriesga no gana. "Un juego de operaciones realizadas en el instante mismo -dice Barenstein-. Atrapar ese instante en su fugacidad es lo que nos proponemos en este ciclo".
Constanza Bertolini

Diario La Nación.
Sección Espectáculos
Miércoles 12.08.2009